miércoles, 23 de marzo de 2016

En el corazón de Europa



“Golpearemos en el corazón de Europa” amenazaba de nuevo hace escasos meses el IS a través de sus plataformas de difusión en la red advirtiendo de sus intenciones, la propia amenaza trata ya de infundir temor con esos mensajes que difunden a través de esas plataformas virtuales que tan bien manejan sabiendo que sirven a sus propósitos y que llegan así de forma eficaz a todos aquellos que escrutan las redes como el vigía del torreón que busca ver a los piratas acercándose para dar la voz de alarma, con la tarjeta de visita de su bandera negra con la proclama "no hay más Diós que Allah y Mahoma su mensajero", con caligrafía casi infantil, sin los exquisitos caracteres del resto de banderas árabes y como subtítulo porta los atentados salvajes que casi continuamente se perpetran en diversos países de áfrica, Siria o Iraq con una sangre derramada que no parece haber llegado a impregnar los ropajes de  Europa, como casi tampoco se manchan con la  sangre derramada en Turquía hace una semana con ese salvajismo atroz e irracional que si irrumpió ayer en Bélgica, muy cerca de donde ondean las banderas de la sede europea, del corazón de Europa.
La alarma ya se había saltado con los atentados de París tras los que huyó Salah Abdeslam, provocando una serie de alertas advertidas por los diferentes servicios de inteligencia que derivaron en diversas operaciones que llevaron a cabo las fuerzas policiales belgas bajo la amenaza de atentados inminentes, que finalmente se han consumado, quizás precipitadamente, tras la detención del propio Abdeslam en su barrio natal de Molenbeek en el que había sido ocultado por amigos y familiares y donde, presumiblemente, se habían preparado los atentados que ayer estremecieron nuevamente a Europa.  
En Molenbeek ya se ha perdido una generación de jóvenes que se han ido a los escenarios bélicos de Iraq y Siria a posicionarse de parte de un bando que ha sabido captarlos aprovechándose del vacío de valores y la falta de esperanzas en el futuro que tienen los jóvenes. Sorprende saber que muchos de éstos apenas habían pisado una mezquita en su vida y de repente esa fe reminiscente y mal interpretada se convierte en la base para que den un nuevo sentido a sus vidas consiguiendo el propósito surrealista que pretendían sus captadores para seguir alimentando un autodenominado califato que quiere reproducirse y crecer al igual que un tumor dañino y propagar el terror lanzando continuamente amenazas que pueden ser escuchadas por sus movimientos“franquiciados” en alguna parte del mundo o de “freelances” que reciben esa llamada a través de cualquier red social y deciden consagrar sus vidas, a partir de entonces, a la causa paranoica donde se les ofrece cambiar de vida, tomar un nuevo impulso que les conducirá a ser unas nuevas personas, esta vez con ausencia de frustración, que les ofrece reconciliarse consigo mismos y recibirán la recompensa que les anunciaba aquella religión de la que se habían alejado por el camino de las tentaciones, perversiones y frustraciones en la que la sociedad occidental les había sumido.
Hay más lugares como Molenbeek tanto en Europa como fuera de ella, donde muchos jóvenes escuchan o escucharán una llamada de la que harán eco cometiendo atentados que con mayor o menor frecuencia nos seguirán estremeciendo, mientras poco a poco la sociedad democrática consiga aunar esfuerzos para iniciar poco a poco un combate con herramientas policiales, judiciales y politico sociales comunes, entretanto muchos guerreros de la jihad vendrán procedentes de los lugares en los que combate el ISIS (IS o DAESH) tras el repliegue producido por la pérdida de terreno en las zonas que controlaba, controlar a estas personas es fundamental y actuar sobre ellos no sólo con medidas judiciales. Entretanto esa juventud de ahora es a la que hay que llegar cuanto antes mejor, donde deben jugar su papel las diferentes comunidades islámicas a través de trabajadores sociales, psicólogos y cualificados líderes religiosos musulmanes que adviertan firmemente que el extremismo está muy lejos del Islam, hay que llenar el interior de esos jóvenes de esperanza, de humanidad y de razonamiento para tratar de evitar que los movimientos extremistas islámicos encuentren  el material con el que seguir alimentando  su locura.