jueves, 18 de febrero de 2010

LA LLAGA DE LA GRACIOSA

Julio lleva tres semanas en casa tras su vuelta de Haití, un país al que se ha visto ligado sin saber muy bien, ni cómo, ni porqué, desde que acabó su carrera de medicina, de hecho la mayor parte de su actividad profesional la ha pasado en esta mitad de la isla, en este país de desconcierto.
- Tras acabar la residencia me fui a colaborar con una ONG, de las posibilidades que me ofrecieron me pareció bien la opción de Haití, el clima, el idioma... todo lo que supe de Haití fue lo que obtuve de documentarme tras haber aceptado acudir allí. Permanecí casi un año de forma continua, aprendí mucho de medicina pero más de humanidad, de la Universidad que te procura el doctorado en ser persona, en aquella enorme facultad de pobreza donde los que tienen la opción de aprender saben que tienen el camino de la emigración como título. Nadie ha intentado retener sus talentos, nadie ha intentado construir la nación, todos los que la han dirigido han sustraído sus escombros en lugar de construir los cimientos..
- Ahora los escombros no son una metáfora, son una realidad.
- Me he dado cuenta de que cuando habláis de Haití tras el terremoto nombráis los escombros, los que venimos ahora de allí traemos su olor impregnado, es lo que mas nos atormenta, nunca había soñado con el olor como me pasa ahora, no sueño con las imágenes de las personas a las que traté y a las que vi sufrir y no pude atender ,aunque pienso constantemente en ellas, sueño con el olor de los escombros, me despierto percibiendo aún ese olor, mezcla de podredumbre, polvo y gasolins, tardo unos minutos en darme cuenta de que ahora estoy aquí y el recuerdo de ese olor remite poco a poco...
- Tras colaborar ese año con la ONG no te pensaste tras el desastre en volver a ayudar, hay un antes y un después evidente.
- Puerto Príncipe es otro lugar, apenas reconocí ningún lugar de los que conozco, muchas de las personas que conocía están muertas o desaparecidas, pronto decidí no pensar en aquello, sólo cabía pensar en ayudar a las personas que teníamos que atender, como si estuviésemos en otro lugar desconocido y caótico.
- ¿ Hay esperanzas de recuperación?
-Haití es un país que se encontraba ya asolado antes del terremoto, un país de corrupción, pobreza y podredumbre institucional y paradójicamente con un gran potencial humano, no se puede recuperar ese país por que volver atrás no sería recuperación. Sin una imposición férrea por parte de Naciones Unidas en una reconstrucción no hay nada que hacer, también hay que sentar las bases institucionales para que un futuro gobierno pueda mantener ese impulso necesario.
- No hay dos sin tres, ¿ cuándo vuelves ?
- De momento me quedo una temporada en España para trabajar, trabajar la medicina en condiciones óptimas, he tenido que practicar primero la medicina de supervivencia y ahora todo me parece opulento... pero sin duda volveré, no sé si a trabajar o a encontrar esa parte de mí que ha quedado allí para siempre.

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